Aniversario del Referendum Italiano que prohibió la privatización del agua
Aniversari o del Referendum Italiano que prohibió la privatizac ión del agua
Italia vota Sí a la gestión pública del agua y a la eliminación del ánimo de lucro en su gestión
Esta ha sido una victoria de la ciudadanía que está en contra de la privatización de un servicio como es la gestión del agua y la mercantilización de un bien común, el acceso al cual ha sido reconocido como derecho humano.
El 12 y 13 de junio en Italia serán recordados. A través de un proceso largo y lleno de obstáculos, la sociedad civil italiana ha demostrado, al poder político y económico y al mundo entero, que existen más allá de ser simples clientes o electores que pueden ejercer su voto cada cuatro años. Durante estos dos días, se han celebrado cuatro referéndums: contra la ley que obligaba a la privatización del servicio público de agua y saneamiento; contra la ley que imponía un impuesto al servicio de agua que aumentaba entre el 7% y el 15% el importe de la tarifa; para parar el plan de energía nuclear del gobierno; y por último, contra la ley del Legítimo Impedimento que permite al presidente del gobierno esquivar la justicia por compromisos institucionales.
El proceso de construcción ciudadana para llegar a la celebración de los referéndums relativos al agua se inició el 2005 con la construcción de un frente social de ámbito estatal con el objetivo de defender el agua como bien común y que desemboca en la creación del Foro Italiano del Movimiento por el agua como espacio permanente de coordinación. Un espacio que ha aglutinado diferentes movimientos sociales, culturales o políticos e instituciones y personas individuales que han promovido la visión del agua como un bien común de la humanidad, que no se puede mercantilizar y que, por lo tanto, entienden que el agua y su gestión tienen que estar fuera de la lógica del mercado y que la gestión del agua es una oportunidad para profundizar en la democratización de la sociedad.
El Movimiento por el agua Italiano, toma la iniciativa y decide presentar una Ley de Iniciativa Popular con el objetivo de tutelar el agua y su calidad desde la esfera pública, remunicipalizar la gestión del servicio y garantizar la participación de la ciudadanía en el mismo. Para poder celebrar el referéndum, la ley establece que hay que presentar como mínimo 500.000 firmas. El Movimiento por el agua, recogió más de 1,4 millones de firmas, más que cualquier otro referéndum en la historia de Italia. El pasado 12 de enero el Tribunal Constitucional de Italia aceptó celebrar dos de los tres referéndums solicitados –no aceptó celebrar el referéndum destinado a promover la gestión del recurso por un operador público -. El Presidente de la República designó el 12 de junio para que éstos se celebraran. Para que los referéndums fueran vinculantes hacía falta que la participación fuera del 50% más 1 del censo total.
La participación fue del 58%, por lo tanto, el referéndum es vinculante. Los resultados son evidentes, más del 95% ha votado en contra de la privatización de los servicios públicos y más del 96% ha votado en contra del impuesto. Representan más de 25 millones de italianos e italianas que han votado en contra de la privatización del agua y su gestión mercantil. Por lo tanto, el gobierno Italiano modificará la ley tal y como queda recogida en el referéndum.
Estos resultados, se han logrado por un movimiento de ciudadanía, construido desde la base, que ha sabido aglutinar diferentes sectores de la sociedad, pero que no lo ha tenido fácil. Este movimiento con organizaciones de base repartidas por toda Italia, consiguió más de 1,4 millones de firmas, y ahora ha conseguido movilizar a más de 25 Millones de italianos. Se ha logrado a pesar del poco apoyo institucional y mediático y con muy pocos recursos. Ésta es una de las muchas luchas que ejemplifica la disputa de David contra Goliat, donde se demuestra que trabajando todos y todas juntos podemos cambiar las cosas, hasta lo que nos quieren hacer creer inamovible. El Movimiento por el agua de Italia ha perseguido un sueño, el sueño que el agua esté fuera de la lógica del mercado, sea gestionada por el sector público y tenga la vocación de servicio para la ciudadanía, y ha abierto una puerta a la democratización de nuevos espacios de nuestra vida, han conseguido una primera victoria, felicidades. Un ejemplo a seguir en Cataluña, Europa y el mundo.