RIP Acueducto Monterrey VI
Decretado por el virtual gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez Calderón, conocido como «El Bronco», un paréntesis de seis meses en obra pública para evitar, dijo, ocurrencias, genialidades o suspicacia, los signos auguran la cancelación de la obra máxima del gobierno estatal: el acueducto Pánuco-Monterrey.
La posibilidad se quedó en paréntesis ante el crecimiento brutal del presupuesto. Si al inicio se habló de ocho mil millones de pesos, al mes la cifra se había duplicado… para llegar, finalmente a 47 mil.
Convocada una nebulosa licitación a finales del 2013, el ganador era un consorcio liderado por el Grupo Higa de Juan Armando Hinojosa Cantú, el mismo que construyó y financió la llamada Casa Blanca, cuya propiedad se le atribuye a la esposa del presidente Enrique Peña Nieto, Angélica Rivera, y la residencia del club de golf en Malinalco del secretario de Hacienda, Luis Videgaray.
El acueducto correría 327 kilómetros desde el río Tampaón en Tamuin, San Luis Potosí, para cruzar el norte de Veracruz y Tamaulipas y llegar a Cerro Prieto, Nuevo León.
La construcción se agotaría en tres años.
El proyecto enrarecería el ambiente en la entidad federativa, profundizando el disgusto contra el gobernador priista, Rodrigo Medina de la Cruz.
Desde el plano ecológico se había alertado de que el trasvase de agua del afluente del río Pánuco provocaría daños «devastadores» en la flora y fauna, dada la salinidad del torrente.
La extracción sería de 475 millones de metros cúbicos anuales, lo que implica 15 por segundo.
El alerta hablaba de que la salinización erosionaría las tierras.
La construcción la avalaba el esquema de Asociación Pública-Privada, lo que implicaría que las constructoras debían ubicar su propio financiamiento, cubriendo parte de éste el gobierno estatal al finalizar la obra.
El gobierno de Medina de la Cruz había recibido un crédito de tres mil millones de pesos a fondo perdido, es decir, sin opción de pago, de parte del Fondo Nacional de Infraestructura que administra Banobras.
Aunque la presencia de Higa, como ocurrió con el tren rápido México-Querétaro, cuya licitación ganada por un consorcio encabezado por la empresa china Reiweill se anuló, convocó al sospechosismo, la obra en principio no era mal vista por la población de la capital de Nuevo León, dado la ancestral escasez del vital líquido.
De acuerdo al Consejo Nacional de Población, la población de la entidad alcanzaría en el 2020 cuatro millones 998 mil, frente a los cuatro millones 600 mil actuales.
El problema, desde un ángulo, es que varios organismos científicos habían planteado que el agua trasvasada no era apta para el consumo humano, lo que indica falta de rigor en la planeación, y por otro la percepción de falta de probidad del gobernador y su padre, Humberto Medina Ainslie.
Los dos, como usted sabe, están acusados de enriquecimiento ilícito.
Con un ingreso total durante su mandato de poco más de ocho millones de pesos, el Ejecutivo de Nuevo León adquirió una propiedad de 13 millones 300 mil pesos en el exclusivo Fraccionamiento Las Misiones.
Medina Ainslie es dueño de siete propiedades en el municipio de San Pedro, con un valor aproximado de 300 millones de pesos, que según denuncia fueron adquiridos en los últimos seis años.
Este, como lo relatamos en esta Empresa, tuvo fuertes fricciones con la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción al querer imponer; un delegado en la entidad que se allanaría al cobro de comisiones por contrato otorgado.
«Los abrazos los da el gobernador; los chingadazos los doy yo», había amenazado el padre incómodo.
En la ruleta, se acusó a prominentes empresarios de Nuevo León de haber financiado a «El Bronco», por más que su victoria había sido abonada por la rapacidad del gobierno priista.
Se cayó Monterrey VI.
¡¡Ya ganamos; pero es solo el principio!!
Ahora hay que apoyar a El Bronco y Fernando Elizondo.
Recuperar el orgullo y liderazgo de Nuevo León en una revolución pacífica para un mejor México.