Amigas y amigos: El próximo 22 de marzo se celebra a nivel internacional el Día Mundial del Agua y en tal fecha se volverá a recordar, por enésima vez, la escaséz que más de 6,000 millones de personas en nuestro planeta padecen de éste líquido vital e igualmente se volverá a mencionar sobre el mal uso que estamos haciendo del agua en aquellos países que aún cuentan con cierto suministro natural de agua dulce o potable procedente de ríos, lagos y la llamada «agua subterránea».
Oiremos la voz de la ONU, quizá nuevamente la voz del Papa Francisco y el grito desesperado de decenas de organizaciones ambientalistas nacionales y extranjeras enfatizando por enésima vez sobre el mal uso que le estamos dando al recurso vital llamado agua. Desde luego vendrán también los discursos políticos sobre el tema y sus declaraciones siempre oportunistas y falsas. Todas las voces dando nuevamente la voz de alarma: el agua dulce del planeta se agota gracias a la sobreexplotación y la contaminación.
Desde luego en éstos momentos la situación más grave se registra en Africa donde mueren miles de personas por falta de agua o por enfermedades adquiridas por beber agua altamente contaminada. El resto de los países ya acusan también escaséz de agua potable en diversos grados pero son pocos, muy pocos, los que puede decirse que no tienen ningún problema de agua ni ahora ni en un futuro próximo.
Se sabe que sobre la superficie del planeta existe la misma cantidad de agua dulce que había hace siglos, quizá miles de años. El ciclo del agua es muy claro: llueve, se deposita en ríos y lagos o en cavernas subterráneas, se utiliza para consumo humano, en las ciudades, en las actividades agropecuarias, en la industria, etc etc, se evapora y va a dar a la atmósfera formando nubes que se convierten en lluvia para regresar nuevamente a la superficie y así continúa el ciclo interminable. Lo que ha sucedido es que la población humana no ha dejado de aumentar a ritmo acelerado. Y para ésta población anualmente creciente, hay que producir alimentos y éstos se producen vía las actividades agropecuarias que demandan mucha agua dulce para producir dichos alimentos. Por otro lado están las industrias que consumen y contaminan enormes volúmenes de agua potable. Principalmente éstas dos son las grandes causas de que el agua dulce o potable del mundo se esté agotando o convirtiendose en agua no apta para el consumo humano. Continúa en el mundo la misma cantidad de agua, pero un alto porcentaje ahora está contaminada.
En nuestro caso, la Comarca Lagunera, estamos inmersos en un proceso de agotamiento de los acuíferos debido a la sobreexplotación de los mismos. Existen leyes elaboradas para hacer un uso sustentable de éste recurso vital pero tanto las autoridades responsables, SEMARNAT Y CONAGUA como los usuarios han hecho a un lado la ley y la sobreexplotación está fuera de control desde hace muchos años. Estamos jugando con el futuro de las próximas generaciones de laguneros quienes seguramente se enfrentarán a problemas graves de escaséz y contaminación por el dispendio que con gran desenfado ahora se está haciendo del preciado líquido.
Les envío un cordial saludo. Héctor Astorga