Comunicado: Coordinadora Nacional Agua para Todxs, Agua para la Vida
8 de febrero de 2021
Coordinadora Nacional Agua para Todxs, Agua para la Vida
Comunicado
El Poder Legislativo arrastra una deuda grave con la sociedad mexicana desde el 8 de febrero de 2012. Hoy se cumplen ocho años en que el Congreso de la Unión ha desacatado el tercer artículo transitorio de la reforma constitucional que plasmó en el artículo 4 de la Carta Magna el derecho de todas y todos los mexicanos al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible.
La redacción de este párrafo constitucional es clara y concisa. El agua es un derecho de las y los mexicanos; no es una mercancía a ser regateada por un puñado de intereses empresariales. Por esta razón, la reforma constitucional mandato sustituir en un plazo menor a 360 días la Ley de Aguas Nacionales por una nueva Ley General de Aguas que, en su contenido, plasme y respete el espíritu de la reforma constitucional de 2012.
No obstante, la Ley de Aguas Nacionales sigue vigente nueve años después.
La Coordinadora Nacional Agua para Todxs, Agua para la Vida, no ha quitado el dedo de este renglón, desde entonces hasta el día de hoy. Nuestro movimiento sostiene que la mejor forma de construir una ley de aguas fundamentada en el respeto a este derecho humano es permitir a los pueblos, comunidades y barrios participar en la redacción de la misma, recogiendo sus preocupaciones, necesidades apremiantes y experiencias exitosas de gestión ciudadana de los recursos hídricos.
De espaldas al espíritu de la reforma constitucional, algunos legisladores y funcionarios han permitido a los históricos acaparadores del agua tratar de subvertir este derecho humano, promoviendo propuestas de iniciativa de ley que continúan tratando el acceso al agua como un privilegio de aquellos que tienen acceso a capitales, en exclusión de las grandes mayorías cuya vida se ve trastocada por el inequitativo acceso al líquido vital.
Ante la alarmante situación sanitaria que atraviesa el país frente a la pandemia del COVID-19, recordamos que la primera estrategia de defensa es el constante lavado de manos, en una realidad donde 36 millones de mexicanos no cuentan con agua potable, el derecho a la salud es vulnerado minuto a minuto.
No deseamos encontrarnos en la penosa necesidad de “celebrar” el décimo aniversario de la desidia del Congreso de la Unión. La LXIV Legislatura debe actuar en forma asertiva; debe dictaminar y aprobar una Ley General de Aguas que haga efectivos los derechos de los pueblos y que haga a las y los ciudadanos partícipes de la gestión de un bien fundamental para la vida.