Manifiesto por el Lago Tláhuac-Xico

Manifiesto por el Lago Tláhuac-Xico
A la comisaría ejidal
A la alcaldía de Tláhuac
A la CORENADR
A LA CONAGUA

A la comunidad en general:

Hoy un grupo de investigadores comunitarios, estudiantes, niños, niñas, originarios y
avecindados, chinamperas y chinamperos, ejidatarios y ejidatarias, gente amante del
patrimonio natural y cultural de Tláhuac y sus alrededores, que sembrando sentimos
y pensamos en un mundo distinto para nuestros jóvenes, hijos y nietos, nos
manifestamos por el rescate del lago Tláhuac-Xico.

Antes de la llegada de los españoles y, aún antes de la desecación del lago Tláhuac-
Xico y de los canales que alimentan a las chinampas, existía un pez autóctono: la
carpita tlahuaquense, hoy extinta. En los 80´s, el lago resurgió y con él parte de la
vida que albergaba regresó, se han avizorado en sus aguas el axolotl, acocil, aves
tanto nativas como aves migratorias que vienen desde Canadá. Muchos opinan que
es solo agua sucia, nosotros vemos un ecosistema con alta capacidad de
regeneración, un socio ecosistema en resistencia, el lago nos enseña que pese a sus
múltiples problemas es una oportunidad para la diversidad de la vida, y de cambiar
nuestra relación con las demás especies con las que cohabitamos.
En la región, los asentamientos irregulares han crecido al 251% y van en aumento, a
la par las chinampas desaparecen en un promedio de 32 hectáreas anuales, estas
cifras elevadas muestran una transformación grave del entorno natural que se ve
reflejada también, en una transformación social, en nuestros núcleos familiares y
vecinales, en los índices de marginalidad, drogadicción, alcoholismo y violencia en
general.

Con la pandemia, se aceleraron los conflictos familiares durante el confinamiento, las
redes sociales se han adueñado de nuestras soledades y nuestras expectativas de
vida se reducen a la idea de un hotdog y una gorra en una posible plaza comercial.
La drogadicción y el alcoholismo crecieron con sus devastadoras consecuencias
y las chinampas desaparecen en un promedio de 32 hectáreas anuales.

 

En la Trajinera del Conocimiento pensamos que todo va ligado cuando vemos en
nuestros talleres a los niños que viven en pequeños departamentos su alegría al jugar
con la tierra, cuando las y los jóvenes también en ese contacto con la tierra, descubren
que más allá de la demente idea del suicidio, el llamado por conservar el árbol y la
chinampa de los abuelos sanan el alma. Cuando somos capaces de producir nuestros
alimentos, dejamos de ser menos vulnerables y más libres. Estas son nuestras buenas
nuevas con la que deshierbamos nuestros pesimismos y las compartimos.
Y desde este corazón colectivo llamamos a rebasar cualquier interés egoísta por secar y
encementar el lago, llamamos a la transparencia y que informen presencial y por redes en
que consiste el rescate del lago, cómo piensan que el lago puede dotar agua potable para
los habitantes de Tláhuac y que efectos tendrá el proyecto del trolebús que piensan
atravesar por las lagunas.

¡Detengan el ecocidio!
¡No más cascajo en el lago!
¡Por una contraloría ciudadana del agua!
¡Por un lago de soluciones! ¡Por más vida!
¡Por un mejor aire y alimentos saludables!
¡Por un proyecto agroecológico hecho por la comunidad!

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