Luchando contra la privatización del agua en el contexto de la austeridad
Luchando contra la privatización del agua en el contexto de la austeridad
Alianzas locales, estrategias paneuropeas y alternativas
Con importantes victorias a nivel local, nacional y regional, el movimiento por el agua provee lecciones clave para la resistencia a la privatización de servicios públicos en Europa. Como explican los autores, «los referendos y otras formas de consulta popular como la Iniciativa Ciudadana Europea han resultado ser de una utilidad estratégica para denunciar las políticas de austeridad antidemocráticas».
Esta es el segundo artículo de la nueva serie de TNI: En la encrucijada: los movimientos europeos responden
A pesar de la oposición explícita de centenares de miles de ciudadanos y ciudadanas, la crisis de la deuda soberana ha dado un nuevo impulso a la privatización de los servicios de agua en muchos países europeos. En España, Portugal, Grecia e Italia, los países más golpeados por la crisis, la privatización del agua ha vuelto a la agenda. La Comisión Europea –en tanto que integrante de la Troika– ha insistido en que se privaticen los servicios de agua en Grecia y Portugal, lo que parece contrario a la supuesta neutralidad de la Unión Europea en el tema de la propiedad y gestión pública o privada de los servicios colectivos de agua.1 Los programas privatizadores se imponen en un momento en el que hay poco apetito por la privatización del agua en los municipios a causa de las experiencias decepcionantes en Europa y el resto del mundo. Sin embargo, la Troika se ha aprovechado de la crisis financiera para promocionar la privatización como solución a los problemas de presupuesto a los que se enfrentan los Estados y municipios europeos.
Democracia frente a privatización
En 2012, grupos de la sociedad civil y sindicatos europeos pidieron a Olli Rehn, comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, que retirara las demandas de privatización de servicios públicos como requisito para conceder los préstamos de rescate.2 Ese mismo, año la Federación Sindical Europea de Servicios Públicos (FSESP), que representa a ocho millones de trabajadores y trabajadoras, decidió impulsar una campaña para una Iniciativa Ciudadana Europea (ICE) sobre el derecho al agua.
La ICE es una herramienta creada en el marco del Tratado de Lisboa, que permite a la ciudadanía europea reclamar a la Comisión que formule propuestas legislativas si se consigue la firma de un millón de personas. Se estableció una amplia alianza de sindicatos y ONG, llamada Right2Water,3 y se organizaron importantes campañas en muchos países. En noviembre de 2013, Right2Water se convirtió en la primera ICE de éxito, al recoger 1,66 millones de firmas válidas en 28 países de la Unión Europea. Right2Water tenía tres demandas: asegurar el derecho de todos los ciudadanos al agua y al saneamiento, que no se liberalicen los servicios de agua y obligar a la Unión Europea a redoblar sus esfuerzos fuera de Europa fomentando la cooperación entre organismos públicos.
En febrero de 2014, se celebró en el Parlamento Europeo una audiencia pública con todas las partes interesadas para discutir las demandas del comité ciudadano de Right2Water. Durante la audiencia, muchos eurodiputados criticaron a la Comisión por imponer condiciones de privatización a los países azotados por la crisis. La Comisión emitió una respuesta oficial el 19 de marzo y, aunque se mostró reacia a emprender cualquier acción legislativa –tal como proponía la ICE–, tuvo que reconocer a regañadientes que el agua es un “bien público” y que los gobiernos locales son los últimos responsables de proveer este servicio.4 El comité ciudadano de la ICE consideró que esta respuesta seguía siendo insuficiente y criticó a la Comisión por su falta de responsabilidad democrática.5
Mientras tanto, dando un giro de 180 grados, el comisario de la Unión Europea Michel Barnier había anunciado, en junio de 2013 que el agua se excluiría del proyecto de directiva relativa a concesiones de la Unión Europea. Barnier reconoció en una carta6 que esta decisión se vio influida por “la primera Iniciativa Ciudadana Europea y que 1,5 millones de personas firmen una petición sobre el agua”. La ICE Right2Water ha finalizado ya, pero la movilización continúa.7 Las lecciones de la ICE Right2Water son valiosas para el movimiento: la movilización de base visibilizó políticamente las demandas ciudadanas a escala europea y este logro nos permite continuar presionando a la Comisión para que instaure unas políticas distintas en torno al agua.
Tesalónica: resistencia local y solidaridad europea
Los planes para privatizar los servicios de agua en la ciudad griega de Tesalónica –aceptados por el Gobierno griego bajo presiones de la Unión Europea– han dado lugar a una fuerte oposición local. Varios alcaldes de la zona están dispuestos a comprar la participación del 51 por ciento de la compañía que estaba destinada a inversores extranjeros. Un grupo de ciudadanos y sindicatos, la Iniciativa 136, ha intentado incluso subvertir el proceso participando en la propia licitación. La Iniciativa 136 pide que el servicio público de agua, EYATH, se transforme en una cooperativa cuyos propietarios sean los usuarios y las usuarias.8 Esta ‘compra ciudadana’ tenía también la intención de incluir una gestión más democrática y participativa del servicio de agua. Por desgracia, esta propuesta original no fue aceptada por la agencia griega de privatización, TAIPED.
Al comprobar que los canales políticos oficiales no les aportaban ninguna influencia en el proceso de toma de decisiones, los opositores decidieron organizar un referendo popular sobre la privatización del agua en Tesalónica, inspirándose en iniciativas parecidas en Italia, España y Alemania. Ciudadanos y sindicatos se han organizado en torno a la coalición Soste to Nero para decir no a la privatización del agua y a la venta de EYATH. Presionados por los electores, varios alcaldes locales (incluido el de Tesalónica) anunciaron su apoyo al referendo y Soste to Nero pidió apoyo a nivel europeo. La FSESP encabezó la coordinación de los donativos financieros y de los voluntarios y voluntarias para participar en la iniciativa como observadores internacionales. El referendo tuvo lugar el 18 de mayo de 2014, coincidiendo con las elecciones locales, a pesar de los obstáculos planteados a última hora por el Gobierno griego. En el referendo participó un total de 218.002 ciudadanos y ciudadanas, y el 98 por ciento de estos votantes dijo no a la privatización.9
Suez Environment, la multinacional francesa, es la principal licitadora de los servicios de agua de Tesalónica, junto con la controvertida empresa israelí Mekorot. Los opositores esperan que el resultado del referendo les convenza para retirarse del proceso. “El pueblo ha hablado. Esperamos que el Gobierno griego, la Troika y los licitadores como Suez y su socio griego Ellaktor nos escuchen”, manifestó Jan Willem Goudriaan, vicesecretario general de la FSESP.
Lazio, Italia: alternativas nacidas de la resistencia
En marzo de 2014, el gobierno de Lazio –la región que incluye Roma, con una población total de 5,7 millones de habitantes– aprobó una ley regional que declara que el agua es un servicio de interés público y que, por lo tanto, no puede ser objeto de ninguna licitación pública obligatoria. Este es el resultado de una campaña larga y combativa, apoyada por una petición popular firmada por 37.000 ciudadanos y ciudadanas, y 40 municipios.
Como la población italiana rechazó la participación obligatoria del sector privado y que se sacara provecho de los servicios de agua en un referendo nacional en 2011, las campañas locales han continuado la lucha para aplicar este resultado a nivel local. En este contexto, la nueva ley en Lazio ha sido acogida como el ejemplo perfecto para implantar el espíritu del referendo. La ley facilitará la gestión del agua sin ánimo de lucro y animará a los municipios a introducir la participación pública en la toma de decisiones sobre su gestión.
Un movimiento europeo contra la privatización del agua
Las luchas por la justicia del agua en Europa han demostrado que la resistencia popular local y las estrategias europeas pueden reforzarse mutuamente para desafiar las presiones no democráticas cuyo fin es privatizar. Los referendos y otras formas de consulta popular como la ICE han resultado ser de una utilidad estratégica para denunciar las políticas de austeridad antidemocráticas. Estas iniciativas también han proporcionado una vía efectiva hacia nuevas formas de activismo, orientadas a una reapropiación de los servicios públicos por parte de la ciudadanía, a menudo en alianza con los sindicatos.
Por otro lado, están surgiendo propuestas concretas sobre cómo organizar el agua pública de forma democrática, lo que aporta un impulso adicional a la lucha contra la privatización. El intercambio de experiencias y el apoyo mutuo entre ciudades europeas y movimientos locales ha sido fundamental en los éxitos alcanzados. Las redes de servicios públicos como Aqua Publica Europea y las ‘asociaciones público-públicas’ ofrecen tanto una alternativa creíble a la privatización como una red paneuropea de apoyo para los movimientos locales de resistencia.