Peligro bajo Ecatepec: crónica de una serie de agravios
Peligro bajo Ecatepec: crónica de una serie de agravios
Texto: Juan Manuel García y Emilio Anguiano / Mapas: Colectivo Geocomunes / Video: Elis Monroy y Heriberto Paredes
El temor de perder la vivienda impera en una calle del municipio de Ecatepec. Y no es a causa de un sismo o por deudas hipotecarias, es por la construcción de un colector de drenaje profundo al cual lxs colonxs y vecinxs se han opuesto desde hace dos años.
Ese colector es una obra hidráulica que está sobre la Avenida Santa Teresa, ubicada en la colonia San Agustín en el municipio de Ecatepec. La construcción es llevada a cabo por la Comisión del Agua del Estado de México (CAEM) y la empresa COVASA S.A de C.V. Según la versión del gobierno municipal, la obra es un colector de aguas pluviales que consta de 3 kilómetros de tubería de 1 metro de diámetro colocada a 18 metros de profundidad, el cual descargará en el Túnel Emisor Oriente (TEO) y reducirá el índice de inundación en el municipio.
Un informe detallado generado por geofísicos del Instituto Politécnico Nacional contrasta con la descripción anterior. A partir de la visita que realizaron a la zona, en mayo de 2014, mencionan que no se trata de una obra común de drenaje profundo. La tubería es de 2.44 metros de diámetro, un poco más del doble de lo declarado por el municipio. Para su instalación se emplea un método poco habitual en el que se cavan enormes hoyos, denominados lumbreras por donde se introduce la tubería y los cuales posteriormente servirán como puntos de control. Esas lumbreras abarcan el ancho de la avenida (14 metros aproximadamente) y no se encuentran especificadas en los documentos oficiales de la planeación de la obra. Debido a estas excavaciones se han creado socavones por el agua que penetra en el suelo y lo desgasta poco a poco, y también se presentan hundimientos en las zonas donde se encuentran las lumbreras. Pero aquí no acaban las afectaciones por la obra del colector. Hortencia Rodríguez, el médico Raciel Sánchez Jacinto y varias vecinas de la zona afectada nos compartieron los testimonios de las afectaciones que han sufrido en sus casas y en la calle.
Los daños más peligrosos por la construcción están en las casas de la avenida Santa Teresa. Fracturas estructurales, desprendimiento de juntas constructivas (separación entre las casas habitación) y de banquetas, cuarteaduras en las paredes, escasez en el suministro de agua, y desniveles del terreno son sólo algunas consecuencias que se han generado en más de 400 viviendas durante los meses que ha estado en operación la obra hidráulica. Una de las afectaciones que es muy notoria es la inclinación de las viviendas hacia la avenida. Como sí se tratase de un efecto dominó, las construcciones son jaladas tanto por los efectos de la excavación, como por el peso de las tuberías y eso genera una separación entre ellas que crece con el paso del tiempo. Esto ocurrió dramáticamente en la clínica Santa Mónica que se encuentra frente a la lumbrera siete. Después de una gran fuga de agua que duró días sin ser atendida, la clínica se inclinó hacia la lumbrera ocasionando tal daño en la estructura del edificio, que tuvieron que dejar de dar servicio. Por causas similares, también han sido afectados entre 15 y 20 negocios de la avenida, los cuales tuvieron que cerrar o dejar de pagar la renta del local.
Por otra parte, a pesar de que las autoridades habían prometido el suministro de agua en las zonas afectadas por la obra, la SAPASE, encargada de la tarea, lucra con la necesidad de lxs vecinxs, quienes también se quejan de que los repartidores son desconsiderados, sobre todo con la gente mayor, pues exigen que saquen a la calle los tambos que rellenará la pipa, sin importarles el peso que tendrán al estar llenos. Lxs vecinxs constatan que la escasez del suministro de agua en varias colonias, que lleva más de un año, es provocada intencionalmente por CAEM, ya que en cuanto permiten el paso de agua, se revelan grandes fugas de agua a consecuencia de la obra.
Ante dichos acontecimientos, la respuesta de lxs colonxs de San Agustín es de total inconformidad y han mantenido una organización vecinal desde el inicio de la construcción con la principal demanda de que el municipio se haga responsable por los daños ocasionados por la obra y lo único que han obtenido es el hostigamiento, represión y caso omiso de las autoridades estatales. Esta situación se replica en otras calles aledaña a la colonia. En la avenida Suterm, en la colonia Río de luz, se construye un colector con las mismas características que en Santa Teresa y también con el mismo grado de afectación. La obra en Río de Luz comenzó en septiembre de 2013, meses después que en Santa Teresa, esto generó la cohesión entre vecinxs de las dos colonias para oponerse a la construcción de los colectores. Lxs habitantes de Río de la Luz, intentando defender sus casas y su patrimonio, han tenido que enfrentar varias veces a la policía quienes los hostigan no sólo cuerpo a cuerpo, sino impidiendo las asambleas vecinales y tomándoles fotografías.
La preocupación de lxs ecatepequenses no termina en los daños que sufren sus casas mientras se lleva a cabo la obra. Temen mucho más a lo que va a pasar cuando el agua corra por las tuberías y los autos transiten por encima de ellas, multiplicando el peso que está causando el daño en sus casas, y dejándolxs desamparadas, pues ya ni siquiera estarán alrededor lxs responsables de la obra.
Ampliando el panorama
El abastecimiento de agua en el Valle de México se obtiene a grandes rasgos en un 30% por la extracción de agua del Sistema Cutzamala. El 70% restante se obtiene mediante la extracción de agua de los mantos acuíferos. Los hundimientos y la escasez del vital líquido se producen por causa de la sobreexplotación y la falta de planificación hidríca integral.
Actualmente se desalojan las aguas negras de la ciudad por medio del drenaje profundo (Emisor Central) y canales a cielo abierto (Gran Canal de desagüe). Estas obras fueron hechas por las continuas inundaciones durante la época de lluvia y la ineficiencia del sistema de alcantarillado. Según datos de la Comisión Nacional del Agua, la capacidad actual del drenaje profundo es de 195 mil litros de aguas negras por segundo desalojados en la presa Requena en el valle del Mezquital. El sistema hidríco de la cuenca del valle de México, requiere desalojar 315 mil litros por segundo. Por lo tanto existe un déficit hidríco de 120 mil litros por segundo.
Con el pretexto de atender esta situación, se proyectó el Tunel Emisor Oriente, o TEO del cual actualmente se construye la primera etapa en la zona adyacente al Gran Canal y el municipio de Ecatepec. Sin embargo, cerca de la región se construirá el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), que también requiere de una enorme infraestructura. Aunque solo se han perforado las lumbreras que conectarían los ramales del TEO con el proyecto del aeropuerto los impactos negativos ya se perciben en algunas colonias de Ecatepec.
Por otra parte, Ecatepec es parte del programa de obras de drenaje y saneamiento del gobierno del Estado de México, una proyección creada para el año 2030. El gobierno estatal tiene planeada la construcción de otros dos colectores y tres túneles de drenaje en la parte noreste del estado. El argumento para la realización de dichas obras es darle cobertura a una de las zonas con mayores inundaciones, pero este programa de infraestructura hidráulica no tiene consideración de ningún tipo sobre el espacio en donde se tiene la intensión de construirlas. El municipio es una zona de alta intensidad sísmica, aunado a esto, el subsuelo en Ecatepec está conformado por sedimentación del antiguo lago de Texcoco, es decir, al secarse el lago se crearon sedimentos y sobre ellos se crearon los asentamientos humanos en la zona. Los geofísicos destacan ésta propiedad del subsuelo como la causa de que se generen los hundimientos y demás daños por las obras en las viviendas, además de la urbanización sin medida que tiene el municipio. (Una explicación más detallada de este fenómeno se encuentra en la entrevista a Elena Burns respecto a laproblemática del agua en Iztapalapa)
Aquí se aprecian los colectores pluviales de Santa Teresa, Río de Luz y Lourdes (en proyecto) que se conectarán al Túnel Emisor Oriente, que tendrá 25 lumbreras, un diámetro de 7.5m y una profundidad oscilando entre 55 y 150m. Sin esta infraestructura el proyecto del nuevo aeropuerto –que implica la desecación de lagunas y expulsión masiva de aguas pluviales– sería imposible. En razón de la intensidad sísmica de la zona y de la permeabilidad del suelo, estas obras tendrán un impacto sobre las viviendas y la red de drenaje.
Esta serie de obras hidráulicas tiene una conexión con los demás megaproyectos del área metropolitana. La construcción de vías terrestres de gran extensión, proyectos inmobiliarios y la creación de redes de drenaje describen una tendencia: preparar el terreno para el nuevo aeropuerto internacional de la Ciudad de México, el cual será cuatro veces más grande que el aeropuerto actual, y tiene asociada la edificación de una enorme zona urbana a su alrededor. Es decir, se están creando las condiciones para que el proyecto del aeropuerto aparte de que se consolide, pueda ser un punto nodal en la lógica de acumulación de capital en la zona centro del país, con todo lo que eso implica. En el caso de la construcción del TEO, de los conectores en Ecapetec y en general de toda la red de drenaje, más allá de que permitirá la descarga de las aguas pluviales (y no su almacenamiento), este tendrá la capacidad de dejar en condiciones la zona en donde se pretende la construcción del aeropuerto.
La red está compuesta por canales, túneles, interceptores, presas de retención y plantas de tratamiento. Las aguas negras se expulsan al norte de la zona metropolitana, hacia el Río Tula en el estado de Hidalgo, y se concentran en las presas Requema y Endho (de las más contaminadas de América Latina). Esas aguas negras se utilizan para regar las zonas agrícolas del valle de Mezquital.
Para tratar esas cantidades enormes de aguas negras (actualmente 195 mil litros por segundo) y contemplando el crecimiento urbano acelerado, se requiere desalojar 315 mil litros por segundo. Para atender esta cantidad, se encuentra en construcción la planta de tratamiento de Atotonilco —a cargo del grupo CARSO– que será la mas grande de América Latina.
Así, lo que parece ser una situación local en una avenida en Ecatepec, se convierte en un eslabón en la enorme cadena de implicaciones de la construcción de megaproyectos. Un conflicto más a los cientos generados por la corta visión del Estado que no propone más que construir cosas más grandes, tuberías más grandes, aeropuertos más grandes, problemas más grandes. El reporte del IPN termina con una recomendación a las autoridades gubernamentales para que reparen los daños, cosa que no ha ocurrido. Por el contrario, continúan las obras y también los agravios, siguen con lo planeado a toda costa, dejando el espacio en disputa y la valorización de la vida misma.
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