La coalición Agua para Todos, un ejercicio de ciudadanía esperanzador

Francisco Peña*

Por definición constitucional, el Congreso de la Unión y los congresos estatales son los órganos que concentran las tareas legislativas en México. Desafortunadamente, no siempre los diputados y senadores han respondido a la definición de legisladores activos. Todavía queda un gran camino por recorrer para superar los tiempos en que el ejecutivo federal monopolizó la iniciativa legislativa en términos de diseñar propuestas de ley, reformas constitucionales, nuevos ordenamientos y hacer lo imposible y a menudo lo no permitido, para conseguir la aprobación de sus propuestas.

En este contexto, la existencia de grupos civiles que toman en sus manos algunos de los temas importantes de la agenda política y se organizan para formular y proponer alguna ley, es digna de interés. Aún en aquellos casos donde esos grupos reciben acompañamiento o asesoría de cuerpos técnicos de las comisiones legislativas formales, o de equipos profesionales que trabajan con algún partido político, los ciudadanos enfrentan grandes retos para ser protagonistas que piensan, diseñan y proponen ordenamientos legales.

Están por cumplirse cuatro años de trabajo ininterrumpido de la coalición Agua para Todos, Agua para la Vida, una valiosa experiencia de varias decenas de organismos civiles, comités comunitarios, organismos territoriales e investigadores y profesores universitarios que se han unificado con el propósito de presentar al Congreso federal una propuesta de Ley General de Aguas. La coalición civil fue el resultado del Congreso “Ciudadanos y sustentabilidad del agua en México” realizado los días 7 y 8 de diciembre de 2012 en las instalaciones de Rectoría de la Universidad Autónoma Metropolitana.

En 2012 el Congreso de la Unión aprobó la reforma y adición al artículo 4º. Constitucional que consagró el derecho humano al agua. En ese proceso, se mandató al legislativo para promulgar una ley general que regularía este nuevo derecho. En ese contexto, el interés por el buen manejo del agua y su distribución equitativa y justa, consolidó la cooperación de organismos civiles y redes ciudadanas con profesores e investigadores universitarios, quienes tienen una amplia trayectoria estudiando el tema y haciendo propuestas. Agua para todos. Agua para la Vida adoptó una agenda definida pero de enormes desafíos: formular una propuesta ciudadana de ley de aguas y conseguir su aprobación por el poder legislativo.

Por los resultados conseguidos, podemos decir que se trata de una experiencia exitosa de vinculación universitaria con la sociedad organizada. Varias decenas de los investigadores más reconocidos en campos tan diversos como hidrología subterránea, estudios de cuencas hidrográficas, derecho ambiental, historia y antropología de los usos del agua, agricultura y alimentación, ecología y muchos otros, han venido colaborando entre si y con múltiples organismos civiles, sindicatos de organismos operadores de agua, autoridades comunitarias y de pueblos originarios y cooperativas, entre otros grupos sociales.

Por el lado de las organizaciones civiles, están desde organismos civiles de capacitación sobre temas ambientales, representaciones amplias de autoridades de pueblos originarios y comités comunitarios de agua potable, que en México son muchos aunque han resultado invisibles para las políticas públicas de abasto y saneamiento.

Es decir, la coalición integró a grupos organizados con amplio conocimiento sobre los problemas del día a día para asegurar el agua en sus poblaciones, algunas en el medio rural y otras en las ciudades.

En febrero de 2015 se publicó en la Gaceta Parlamentaria una iniciativa de Ley General de Aguas presentada por el entonces titular de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), en ese momento también la opinión pública supo que la llamada ley Korenfeld no era la única propuesta. Mucho antes, los representantes de Agua para Todos. Agua para la Vida, habían hecho llegar una propuesta ciudadana de ley, con el patrocinio de senadores de varios partidos. Esa propuesta ciudadana fue el primer resultado de un proceso intenso de conocimiento e identificación de las prioridades que a juicio de sus autores debiera contener una nueva ley que regule el acceso y uso de un bien estratégico y vital como el agua.

David Korenfeld Federman renunció a la Conagua por el uso abusivo de un helicóptero. El proceso legislativo para una nueva ley de aguas, se detuvo. En el Congreso, nadie retomó la propuesta oficial. Por su parte, los impulsores de la ley ciudadana siguen fortaleciendo la propuesta. Cuando el Congreso de la Unión se decida a retomar el proceso de la Ley de Aguas, sin duda la propuesta ciudadana estará en las comisiones legislativas correspondientes.

Permanecer cuatro años con una agenda precisa de acción política pacífica e institucional y entregar como resultado una ley que llegó al Senado de la República, es un proceso digno de analizar. En la situación que vivimos en México, es a todas luces una experiencia esperanzadora. Muestra que los ciudadanos organizados podemos sostener procesos políticos de largo plazo dentro de una lógica institucional en beneficio de la gente común, que espera condiciones legales y políticas equitativas, prudentes, bien pensadas. Anotaré tres puntos que me parecen dignos de destacar.

Primero. La coalición Agua para Todos representa un ejercicio de ciudadanía esperanzador. No es un frente efímero con un listado de demandas parciales, sino la confluencia política de múltiples actores individuales y colectivos, preocupados por las condiciones de gobernabilidad sobre un bien nacional estratégico: el agua. Las organizaciones y profesionales y académicos que la conforman proponen una ley para emparejar y mejorar un campo de gestión, que cada vez más está quedando en manos solo de la alta burocracia y un puñado de grandes inversionistas en infraestructura.

Segundo. Justo por la preocupación, la propuesta ciudadana de ley de aguas, tiene como eje reparar y proteger las condiciones de producción del agua en el país. A menudo se olvida algo sencillo: el agua no viene de los tubos, sino de ecosistemas sanos, donde se permita un ciclo reparador del agua en calidad y cantidad. Por eso está ley contrastó tanto con la propuesta Korenfeld, la cual ponía todas las apuestas en las grandes infraestructuras de trasvase y embalse.

Tercero. Agua para Todos es un espacio abierto, plural, dialogante y a la vez profesional e informado. Será bueno que los lectores se sientan motivados a conocer más sobre las organizaciones y las actividades de Agua para Todos. Cada vez son más los comités de jóvenes que están interesados en formar parte de sus campañas y actividades. También ha resultado un buen ejercicio de diálogo entre conocimientos diversos, no solo académicos, sino también los que son producto de la experiencia de los organismos comunitarios y civiles.

Protesta con propuesta, les gusta decir en forma reiterada. Lo hacen también con gusto y alegría. Para saber más sobre cómo lo hacen, puede ver en aguaparatodos.org.mx

* Antropólogo social, investigador del Programa Agua y Sociedad de El Colegio de San Luis, integrante de la Alianza Internacional Justicia Hídrica.

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Fuente: La Cronica

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