Sobre la termoeléctrica en Huexca

 

Ayer en la madrugada el activista indígena Samir Flores Soberanes fue acribillado frente a su casa en Amilcingo, Morelos. Este acto de violencia coerciva, a cuatro días de la propuesta consulta local sobre la termoeléctrica Huexca revela que lo que pasa ahí determinará, en buena medida, nuestro futuro como nación.

El nuevo gobierno, construido y elegido con un proyecto de soberanía energética, ha heredado contratos leoninos para la compra de combustibles importados de empresas extranjeras. La termoeléctrica en Huexca, ya construida, nos costó 22 mil millones de pesos. ¿Qué se puede hacer?

Como explicó Manuel Bartlett en el Senado, en 2014, México tiene una capacidad de generación eléctrica 50 por ciento mayor a la que ocupamos. Y recientemente el precio de la energía solar se ha desplomado tanto en México que, si necesitáramos más, se podría construir una planta solar con la capacidad de la de Huexca y operarla durante 30 años por sólo 60 mil millones de pesos. Operar la termoeléctrica en Huexca costaría 100 mil millones de pesos, resultaría en la emisión de 37 millones de toneladas de CO2 y nos obligaría a seguir importando o a frackear a nuestra propia roca madre.

Atónitos, sumidos en duelo, pedimos que nos den oportunidad de enfrentar conjuntamente gobierno y pueblo a las empresas energéticas que se imponen con sangre a lo largo del país, tal como lo hizo Lázaro Cárdenas frente al mismo dilema. Favor de consultarnos a todos: ¿Qué futuro energético queremos? El sol está a nuestro alcance.

Elena Burns y Pedro Moctezuma, coordinadora nacional Agua para Tod@s Agua para la Vida

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